Monitorizados...

WellShell monitoriza datos del cuerpo y los envía al móvil. / STEVE MARCUS (REUTERS)


La línea que separaba a los aparatos y a las aplicaciones para el deporte o para la salud se difumina. En cuatro años se van a cuadriplicar las ventas, por la perentoria necesidad que tiene la sanidad pública de que cada cual se monitorice sus constantes vitales permanentemente. Es la mejor prueba de la importancia que el sector va a tener: todos se quieren apuntar. Como LG, que lanza una banda de fitness que muestra la información en el móvil. O el de Lively que proporciona sensores para pastilleros y frigoríficos que chivan al médico (y al seguro) si su paciente cumple las prescripciones o come a las horas debidas.