Foto: Reuters / NASA / GSFC / SDO.
Esta gigantesca erupción solar en la que un filamento se eleva por encima de la corona (la atmósfera del Sol), fue captada siendo eyectada a más de 1.400 kilómetros por segundo el pasado 31 de agosto. No estaba dirigida hacia la Tierra, pero aun así conectó con la magnetosfera de nuestro planeta provocando la aurora que pudo verse el 3 de septiembre.